jueves, 3 de noviembre de 2016

Perfiles.

Te quiero como a mi armazón de melodías,
como cada calma depende de sus  posos;
te busco,
como los sentimientos el compás
 y las paciencias sus ritos;
por todas las formas que vuelan sobre lo necesario.
Compañeros suyos,
todos,
labradores de fantasías;
brillantes de raíces los buenos engranajes de las olas…
 tras las cartas con sus rutinas llenas de borrones…
 los alientos rock
 y el brebaje de los pasos andados…

nuestros perfiles con los colores de las ilusiones.

martes, 1 de noviembre de 2016

Todos los santos.

Un flechazo de aromas el ambiente;
y no reflejan de ti lo suficiente,
las flores que he dejado en nuestro jarrón de ausencias.


viernes, 28 de octubre de 2016

Alma.

El alma, como el querer o la sabiduría, se ve por sus reflejos en las palabras y en los actos.

Quizá nuestros mundos interiores sean como el océano, y el cerebro solo un puerto.


Nuestro mejor refugio es  la conciencia con la que nos encontramos en los buenos actos.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Con ojos de plenitud.

Atrajeron en sus ojos de plenitud selvática,
encendidos neones del anhelo de multitudes…
Sombrean mis noches de fantasía
cada pintura alegre a la luz de su sonrisa;
a cada profundidad del teclado
en sus rasgos del paraíso más hermoso…
 por un aullido de conciencias en sus dedos;
 virtuosos de enredar las calles en sus jardines de  cuerdas;
deslumbrados mundillos que pasan por su pizarra de atardeceres;
 los oasis de verbena,
cada vez que te buscan,
burbujeando sus momentos,

entre los racimos dulces…

Los tableros sembrados.

Una secuencia de coloridos alientos,
  madrugadas que inspiran psicodelias en las cimas del pigmento;
  compasivos de floresta en los trapecios.
 Sus numeraciones  de emisoras de los trópicos utópicos.
Una contrarreloj de los espíritus de la arena.
 Los paisajes tallados de cada sentencia;
los virtuosos por las salas de relámpago .
El ajetreo de sus cabellos en nuestras cartas de aromas;
 en tableros sembrados de musicales destellos:
en los espacios de los limoneros…
poniendo a nuestros techos el pecho;
en nuestros paladares vigas de pan de amaneceres…
encendidos de cada querer en un reflejo de astros.
Derramados del consuelo de calles camufladas en sus licores grises.



miércoles, 12 de octubre de 2016

Cuadrilátero.

De corderillos de luces y las flores invasoras;

de nuestra agenda desbordada por sus cuatro lados.

Las banderas del álgebra del sueño;

aperturas de colores de tabernas…

de sus raíces del baile de tormentas,

a cada movimiento de un reino,

relámpago en fibra…

serpientes musicales de contienda.

Y nos guardan en pulso de tambores los tableros,

en perpetuas copas blancas de las chicas de humo

que tienen por horizonte la sed del faro.

sábado, 27 de agosto de 2016

Jugador impetuoso.





No hemos dejado de mover nuestros caballos,
de trabajar en lluvia sus filos melódicos...
en una revancha colectiva de cimientos sobre lo perdido.
Con toda la fauna dormida en los pasos de agua...
con cada renuncia que es transparencia
de relojes impetuosos que atraviesan sus cabellos libres.
Paisajes a contracorriente en un parto desde los intestinos,
aventureros de estrellas en un escalofrío de los carros...
Ronronean guitarras
a las sombras del sentimiento
en su dibujo de ausencias,
cada aroma estimulante del recuerdo
 en la ciudad efervescente...
por una habitación en cada mano
 que ordeña tu nombre...
cada toro que ha perdido la luna
en un corazón de cuatro alas,
 espejismo cristalizado que han barrido parranderos
 con la escoba de la bruja.

lunes, 22 de agosto de 2016

El beso.








A veces nuestra sangre
 se busca el corazón en festivales de fantasmas,
a veces nos encontramos del otro lado del espejo,
dentro de un abrazo,
muertos de frío...
Dame un beso que me entierre en un manto de tus montes cálidos,
en tus oscuridades límpias...
Regresame de las palabras como de su boca,
dulzura ebria de la noche cristalina,
de  esa naricilla morenita y graciosa
en sus rasgos mimosos de luna.

domingo, 7 de agosto de 2016

El baile de las apariencias.

Los jugadores fuertes son los que conocen como cambia el destino
en una jugada a tiempo de perseverancia.
A menudo ocurre, perdemos nuestra partida con iniciativa que nos parecía buena,
y ganamos la que parece mala.

martes, 23 de febrero de 2016

Me gusta el ajedrez.



Tiene el arte de la posibilidad de los números grandes, de distancias de estrellas.Prodigio de la magia del juego; dos reinos en un salón donde danzan ideas hacia sus paisajes estéticos.
Protagonismo de una inacabable literatura del álgebra, una nueva aventura en cada partida, al amparo de nuestras decisiones.