Atrajeron en sus ojos de plenitud selvática,
encendidos neones del anhelo de multitudes…
Sombrean mis noches de fantasía
cada pintura alegre a la luz de su sonrisa;
a cada profundidad del teclado
en sus rasgos del paraíso más hermoso…
por un aullido de
conciencias en sus dedos;
virtuosos de enredar
las calles en sus jardines de cuerdas;
deslumbrados mundillos que pasan por su pizarra de
atardeceres;
los oasis de verbena,
cada vez que te buscan,
burbujeando sus momentos,
entre los racimos dulces…
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