Por los parques interiores,
de tristeza crecen bellas flores.
Ondean cipreses al cielo revuelto.
Pasea Soledad con su cabello suelto.
Un anciano la observa en silencio.
Un jardinero planta malos pensamientos.
Suena su corazon desafinado.
Un sonrojado sueño huye espantado.
Y el hombre llora llanto oscuro,
con su calzado embarrado.
Transeuntes ajenos pasan presurosos.
Atardece y la nostalgia crece.
Cual rafagas de dispersos perfumes.
De muchacho timido hipersentimental.
Los gorriones sugieren emociones.
Luego vuelan al abrigo de las ramas.
El suelo humedo calma tu aliento ardiente.
Oscurece ya y tu parque duerme, parado y frío.
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