domingo, 31 de enero de 2010

La princesita.

La vida era un dolor,
y la princesita
tenía un dulce sueño,
engalanado de estrellas.

Esperaba la muchachita,
con la mirada ansiosa
y su carita rosa,
lo que a primera vista,
pareció ser otra cosa.

Ruborizose un instante,
y marchó...
entre fragancias de colores
y nubes de mariposas.

Quedó la huella de otra edad
y un vagabundo perro gris.

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