Florecen pensamientos grises.
Cesped lozano y cuidado.
Esbeltos, aromáticos cipreses.
Árboles de cada rincón amado.
Alistados con fotos y pápeles.
De cada juego estudiado.
Hacia lo alto, rugosas pieles.
Hojas del otoño dorado.
Acuarela de suaves pinceles.
Besos en cada verso acabado.
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