Soledad de oscuros ojos,
acerca sus horizontes rojos.
Desentendiendose de enojos,
y disparejos humores flojos.
Contempla en semblante serio
el interior de su cementerio.
Frente a los ajetreos cotidianos,
la inapelable labor de sus manos.
Trabajandose en virtud humilde,
libre sabe ser,Como el silencio.
Como el amanecer de su última renuncia.
martes, 2 de marzo de 2010
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