La ciudad desde el mirador de esa buhardilla de juventud.
Con mi telescopio amarillo de localizar estrellas de mar.
Espirales de caracola peinando los tejados azules.
Esencia de lirios y bálsamos de nata en los cuadernos.
Cuestiones de las almas midiendo su distancia en centímetros.
Compartir de un mismo plato,metamorfosis del tránsito.
Rejuvenecer con ungüento de catedrales.
Encuadernar muchos rincones,en surtidores de evasión fresca.
Cuentos frágiles de sombras chinas, nidos de papiroflexia.
Aprendiz de la alquimia de subsistir acribillado de
agujeros.
Estaciones emocionales, un poco del cultivo del desorden.
Se empapan de lluvia caleidoscópica los coloridos diálogos;
Las existencias que dejan su huella de símbolos en el
barro.