La noche.

La noche grazna,

cual ave eterna

de oscuro plumaje.

Noche profunda y extraña,

de espejismos que engañan.

Mar de negrura salvaje.

La noche vigila como alimaña.

Desde la mas alta montaña,

al mas recóndito paraje.

La noche juega,

igual que estrella.

Refulgentes ojos verdes,

de la mas escarpada entraña.

Orillas de la muerte.

Por las orillas lilas del atardecer;

vendrá mi muerte con oscuros anteojos.

Tras los cigarros que compartí al viento.

La sombra gris dejara de padecer;

y mi cuerpo será solo despojos.

Algo de tiempo, huellas de lamento.

Al transcurrir, eterna noche de sabado.

Silvestres sueños que transpiran sentimiento.

Reloj parado, tornarse apagado.

Enraizado hueso en el silencio lento.

Alma que sobrevuela horizontes rojos.

No mas problemas, argumentos ni tretas.

Eco del atardecer, el alma aquietas.

Guerrero espiritual.

Con los buenos argumentos;

hombre que te adoctrinas.

Mas esbeltos sentimientos.

Piruetas de golondrinas;

libres entre los vientos.

Un corazón que afinas;

mejorando tus momentos.

Solidarias las rutinas.

Con virtudes por alientos.

Pensamientos que dominas.

Liberarse de tormentos.

La buena senda caminas.

Apiadarse de lamentos.

Esquivando las espinas.

Bajo altos firmamentos;

horizontes de colinas.

Con seguros movimientos;

tu destino determinas

El tiempo y la muerte.

El tiempo de la muerte es tanto!...

¿Será la muerte aliada del tiempo?

Si, es la mayoría de nuestro tiempo.

Rosa amarilla